En este blog ya hablé sobre El secreto de lady Sarah, una de las novelas de Paola C. Álvarez. Sin embargo,
se convierte en imperdonable no hablar de la autora. Para las personas que aún
no te conozcan, ¿qué podrías contarles sobre ti misma?
Que soy muy introvertida,
perfeccionista y bastante llorona. Nunca me atrajeron las letras, de hecho,
odiaba la asignatura de lengua en el colegio, y me decanté por ciencias puras
(me licencié en Biología). Pero siempre me encantó leer, un vicio heredado de
mi padre. Los primeros títulos que recuerdo son Mujercitas, Miguel
Strogoff o Ana de las Tejas Verdes. Luego descubrí a Agatha Christie
y a Isaac Asimov. Cuando lees tanto, es inevitable que te pique el gusanillo de
escribir. A mí se me juntó un poco todo: un mundo interior con el que me sentía
más cómoda que el exterior (eso no ha cambiado mucho, sigue sin gustarme la
gente), mis primeros complejos de inseguridad adolescente y toparme con mi
primera lectura romántica. Empecé a expresarme a través de la escritura y hasta
hoy; no solo se ha convertido en mi pasión, sino también en mi trabajo.
La vida del escritor suele ser
muy solitaria, a veces dura, cuando tienes que sacrificar tiempo de estar con
los tuyos o de hacer otras cosas, otras, frustrante; cuando tu nombre no está
asociado al éxito como el de los autores más famosos… haciendo un balance de tu experiencia hasta
ahora, ¿volverías al principio de nuevo? ¿empezarías otra vez todo este camino
cubierto más de espiras que de rosas?
Sí lo empezaría, a pesar de los
sinsabores, las frustraciones que mencionas, la desesperación que te mete en
bucles difíciles de superar. Todo lo que me ha pasado desde que envié mi primer
manuscrito a una editorial me ha traído a donde estoy hoy, así que no cambiaría
nada, tal vez, intentaría sufrir un poco menos y relativizar todo un poco más.
Tus primeras novelas fueron
publicadas por grandes editoriales como Harper Collins, Selección RNR —sello
digital de Ediciones B—, sin embargo, ahora te decantas por la autopublicación.
En tu opinión, ¿puede ser este modo de edición la salvación para los escritores
emergentes?
Depende mucho de los objetivos
que te marques como escritora. La autopublicación no es la panacea, se nos veta
en muchas plataformas y no tenemos distribución física, que es la gran
desventaja que sufrimos, además de que se necesita una inversión que a veces no
se recupera. Soy una gran defensora de este método de publicación porque desde
mi punto de vista tiene más puntos positivos que negativos, como el absoluto
control sobre tu obra. Pero también es verdad que la falta de filtro a veces es
un gran escollo de cara a la calidad y que espanta a algunos lectores.
Es importante que los escritores
noveles se pregunten qué quieren conseguir con la publicación de su obra y, a
partir de ahí, tomar la decisión de autopublicar o probar en editoriales de su
temática.
En estos tiempos en los que los
escritores tienen a mano las herramientas para autopublicar sus obras, ¿están
sobrevaloradas las editoriales o son realmente necesarias para llegar a tener
un nombre dentro del panorama literario?
Hay grandes nombres que han
salido de la autopublicación y ahí siguen. Al final, lo que más importa es la
recomendación de los lectores y para eso da igual cómo publiques. Además, hoy
en día, el marketing recae en el autor más que en la editorial y si
sabes hacerlo bien ya tienes gran parte del trabajo hecho. Lo que quiero decir
es que cada uno se hace su propio nombre y su propia marca personal y para eso
no importa si publicas en editorial o por tu cuenta.
Obviamente no podemos olvidarnos
de que antes de todo eso hay que escribir una buena novela. Dedicas tu vida
profesional también a corregir novela romántica. Según tu visión, ¿qué necesita
una obra para ser calificada de esta manera?
Además de tener una trama
romántica, para mí, el final feliz es imprescindible. Cuando leo una novela de
este tipo tengo muy claro lo que busco y encontrarme con finales en los que
alguno de los protagonistas se muere, por ejemplo, me cabrea porque me siento
engañada. Que una novela contenga una historia de amor no significa que sea
romántica. Me sorprende que se etiqueten en el género obras como Ana
Karenina o Los puentes de Madison County.
Entramos de lleno ahora en tu
carrera literaria. Tras seis novelas en el mercado, el próximo día 16, sale a
la venta la séptima: Tras el largo invierno. Aunque su formato en papel
ya se puede adquirir en Amazon. Cada una de ellas está escrita en
épocas, localizaciones y escenarios muy diferentes. ¿Qué tiene de especial para
ti Alaska, lugar donde sitúas Tras el largo invierno?
Para mí, los lugares donde se
desarrollan mis historias son como un personaje más, por eso los mimo mucho y
me documento sobre ellos todo lo que puedo. En esta novela, el proceso de
creación fue un poco diferente porque yo no escogí esa zona, sino que era
primordial para el argumento de la novela: la búsqueda de oro en el río Yukón.
Luego sí que te enamoras un poco
de cada sitio que investigas, supongo que a ti te pasará igual. En Alaska hay
parajes maravillosos y fenómenos increíbles como el sol de medianoche que me
encantaría ver en vivo algún día.
Podemos decir que las
protagonistas de tus novelas son mujeres con mucho carácter, fuertes, que miran
la vida desde el prisma de una persona hecha a sí misma. ¿Símbolos, quizás, de
esta era en la que el empoderamiento femenino es la clave para avanzar?
Un poco sí. Mis protagonistas
femeninas no necesitan que nadie las salve ni se sienten incompletas por no
tener pareja, por ejemplo. Son profesionales que persiguen sus sueños,
trabajadoras e independientes, libres. Me importa mucho que las lectoras puedan
verse reflejadas en ellas, comprenderlas y a su vez comprenderse.
¿Cómo definirías a Kate, la
protagonista de la novela?
Kate es puro instinto. Se sintió
abandonada por las personas más cercanas a ella y eso la ha endurecido mucho.
Siente que tiene que demostrar en todo momento su valía y siempre reacciona a
la defensiva. Es impulsiva, lista y no tiene miedo de enfrentarse a lo que sea.
Me encanta su mezcla de fortaleza y fragilidad, porque también se hunde y a
veces la soledad le pesa. Creo que es un personaje muy humano.
Es difícil convencer a un posible
lector de que compre la novela de un escritor que es muy posible que ni
conozca, ¿qué le dirías para hacerle ver que necesita leer Tras el
largo invierno?
¡Menuda pregunta! Pues primero le
diría que esta novela se sale bastante de lo que se suele ver en romántica, mis
lectoras cero me han dicho que es muy original por el tema que trata. Tiene una
buena dosis de intriga y te mete de lleno en el apasionante mundo de la
búsqueda de oro, todo ello de la mano de una mujer que no se achanta ante nada
ni ante nadie, que necesita descubrir al asesino de su padre y, por otro lado,
demostrar que tenía razón. Además, el protagonista masculino es adorable,
espero que todas caigáis enamoradas de él.
Es original, entretenida, está
bien escrita y se lee en un suspiro. La verdad es que cuando alguien prueba a
leerme no suele arrepentirse y eso es lo que más me motiva.
Y para abrir bocado... su sinopsis:
«Kate sabe muy bien lo que es vivir en una espiral de sueños incumplidos, por eso decidió alejarse del Yukón y de aquellos que debían quererla y protegerla sin fisuras.
Años después, la inesperada muerte de su padre vuelve a enfrentarla a todo lo que dejó atrás, a reabrir heridas que nunca cicatrizaron y a reconocer una verdad que siempre tuvo miedo de admitir.
A tenor de la experiencia y
resultados con tus otras novelas, ¿qué resultados esperas de esta? De una
manera aproximada, claro. ¿La consideras
tu mejor novela hasta la fecha?
Me han dicho que es la mejor
novela contemporánea que he escrito hasta la fecha, para mí es muy difícil
juzgar eso, sí te puedo decir que estoy muy satisfecha con el resultado y que,
pase lo que pase con ella, haberla escrito ya es un éxito porque me sacó del
peor bache escritor que he tenido. Solo por eso, ya ha merecido la pena.
Sinceramente, en este punto de mi carrera literaria no espero resultados, solo
que a las lectoras les guste y la recomienden.
«Un misterio, un legado y un
viaje trepidante al corazón del Yukón al más puro estilo de Nora Roberts». Esta
frase reza en la página de compra de Amazon de la novela, lo que hace intuir
que eres lectora de esta autora. ¿Qué otros autores son para ti imprescindibles
y lees cada libro que sacan?
Soy fan de Nora Roberts, no sé ni
cuantos títulos he leído de ella, por eso me apetecía muchísimo escribir algo
de su estilo. Nora, Johanna, Diana, Amanda, Danielle… han formado parte de mi
adolescencia y juventud. Me han acompañado siempre. Cada vez tengo menos tiempo
para leer y por eso ahora selecciono mucho lo que leo. Alissa Brontë, María
Montesinos o Mónica Gutiérrez Artero son autoras que nunca faltan en mi Kindle.
Defensora a ultranza de la novela
romántica, ¿lees otros géneros?
¡Claro! Cuando te gusta leer,
lees de todo. O casi todo. Reconozco que el terror no me va, me autogestiono y
después me da miedo levantarme de noche para ir al baño… La fantasía tampoco me
entusiasma mucho, prefiero la ciencia ficción. Además de romántica, lo que más
leo después es novela policíaca. Recientemente, he descubierto a Ana Bolox, que
me recuerda mucho a las historias que me entusiasmaban de Agatha Christie.
Se me acaba de ocurrir una idea,
Paola. ¿Qué te parece si invitamos a los lectores a que dejen sus impresiones
en los comentarios de esta entrada y que respondas a ellos para compartir
opiniones entre lectores y autora? ¿Te apuntas?
¡Por supuesto! Estaré encantada
de contestar los comentarios y preguntas de lectores. Muchas gracias por
invitarme a tu casa, me ha encantado la entrevista.
A la espera de mi que ejemplar de
esta novela llega a casa lo antes posible, solo me queda decirte que Paola C.
Álvarez es una autora que no defrauda, que sus obras mejoran una tras otra y
puedes apreciarlo si las lees en el orden cronológico en el que salieron. Si te
apetece, cuando leas la novela y si recuerdas esta entrevista, te invito a que
dejes en los comentarios lo que te ha parecido o si quieres preguntarle algo a
la autora o cualquier otra cosa que se te ocurra, siempre que sea desde el
respeto. ¿Te apuntas tú también?
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